TÁCTICA
A pesar de que los arqueros fuesen víctimas a corta distancia, ellos realizaban pequeñas escaramuzas prolongando el combate cuerpo a cuerpo y eran naturalmente vulnerables a un ataque cometido por la caballería. Por consiguiente ellos eran a menudo desplegados detrás de barricadas, como estacas y postes clavados en la tierra. Un regimiento de arqueros de tiro largo era vulnerable a una emboscada hasta que su barricada defensiva no fuera completada. Esta práctica desalentó las tácticas de batalla ofensiva porque el arco largo era más eficaz cuando el ejército atacante cargaba.
Una formación de batalla común:
Infantería ligera (como espadachines) en el centro adelante, formados en filas.
Infantería pesada (a menudo armados con hachas alargadas o armas de poste con bill hooks siendo el arma preferida por los ingleses) en el medio centro, en filas o en formación cuadrada.
Arqueros convencionales y ballesteros en la retaguardia del centro, formados en filas.
Caballería a ambos lados de los flancos (para proteger contra ataques), o desplegados en el centro para contrarrestar cualquier brecha o incidente.
Arqueros de tiro largo estaban por lo general a los lados, con una formación enfilada, similar a esta forma: \___/, con el medio siendo ocupado por tropas de corto alcance.
Un hábil general alternaría las lluvias de flechas con cargas de caballería, a veces alternando ataques por los flancos para inducir confusión y temor en el enemigo. Las flechas se lanzaban por boleas, y no apuntando a objetivos específicos hasta que el enemigo estuviera lo bastante cercano; el efecto psicológico sobre el enemigo de las famosas “nube de flechas” producidas por dichas boleas no debía de ser subestimado.