El arco y las guerras medievales

Batalla de Agincourt (o Azincourt).

En el otoño de 1415 se enfrentaron ambos ejércitos cerca de la pequeña villa de Artois. Enrique V de Inglaterra comandaba sus tropas, formadas casi exclusivamente por arqueros bien entrenados. Estaban provistos de arcos largos de tejo, olmo y fresno con una potencia de 80 a 150 libras y un alcance efectivo de 180 metros. Las flechas eran letales a 50 metros, ya que a esa distancia podían atravesar a un hombre y su armadura. Los arqueros iban provistos de 48 flechas y tenían una cadencia de tiro de 10 a 12 flechas por minuto. El cielo se cubría de una nube de proyectiles que se precipitaban sobre el enemigo sin darle respiro.

Un detalle curioso es que la mayoría de los ingleses lucharon desnudos de la cintura hacia abajo, solo cubiertos por un taparrabos, debido a la desintería que habían contraído en un asedio anterior.

Tenían una dotación bien entrenada de 4.100 arqueros montados y 3.700 infantes sobre un total de 9.704 hombres.
El ejército francés estaba comandado por el condestable Carlos d´Albert y el Mariscal Juan de Marigne (Boucicault). Contaban con un cuerpo de arqueros y ballesteros de 2.000 hombres que integraban un gran ejército de 17.800 soldados.
Otras fuentes consultadas mencionan 10.000 hombres del bando inglés y 30.000 franceses.
Una vez más los franceses quisieron entablar la lucha a modo de los antiguos caballeros pero el resultado fue funesto. Se produjo una gran matanza donde quedaron en el campo de batalla 7.000 franceses y solo 500 ingleses. Una vez más el Long Bow decidió la suerte del ejército inglés.