España

 

Por: José Luis Castillo Escusol

Arqueria Medieval.

 

El arco fue considerado por el mundo árabe como un arma preferente por encima de cualquier otra. El Corán menciona en varios suras textos a favor de esta arma y su consideración:
«Gabriel dijo a Adam: Este Arco es el Poder de Dios. Esta Cuerda su Majestad. Estas flechas son la cólera y el castigo de Dios infligido a sus enemigos…» Cita facilitada por M.A. González.
«No tiras cuando tiras, es Dios el que tira», así mismo el Profeta da importancia a los arcos y anima a los musulmanes a aprender a usarlo y practicarlo en el Yihad, llegando a ser una orden por determinados califas a los musulmanes la enseñanza a sus hijos el tiro con arco.

Casi todos estos datos así como alguna anécdota o historias que comentaremos
después se basan en los datos del manuscrito: «El libro de las maravillas y los arcanos sobre la r
espuesta al ataque, la victoria y los secretos, en lo que atañe a los arqueros en las avanzadas», de autor desconocido si bien se cree que de origen andalusí y más concretamente almeriense vivo allí. De este libro existen dos incunables uno en Berlín y otro en Rabat, ambos escritos en clara y cuidada letra oriental.

Algunos de estos comentarios se le atribuyen al sabio andalusí Abú Abd Allah que comenta la importancia que se le concedía a los arqueros en los ejércitos andalusís:
«Los arcos hacen mucho más daño al enemigo que cualquier instrumento de guerra, más de una vez una sola flecha derroto a un ejército; aun solo arquero le temen los caballeros, tiemblan ante él los campeones. Con una s

ola flecha que lanzan a tu enemigo te puedes librar de él a distancia. Se sabe por experiencia que un arquero puede más que cien hombres. Por esto, los entendidos en guerras consideran que cada flecha es un hombre; si un hombre tiene cien flechas se considera como cien hombres. El enemigo teme al arquero más que a la espada o a la lanza porque hace mucho más daño».

Sobre el temor por no decir pánico que influía a sus enemigos se narra esta otra historia, que por cierto no deja en muy buen lu

gar el honor en la guerra por los arqueros:
«Un hombre que era un gran arquero diestro y fam
oso y uno de los que mejor manejaba utilizaba el arco de pie (ballesta), estaba lanzando flechas desde detrás del muro en cierta contienda en la que participaban los habitantes de al-Ándalus. Participaba en la lucha lanzando una lluvia de flechas que ocasionaba gran mortandad entre los enemigos, cuando él y otros arqueros fueron animados por alguien para que salieran de la torre y poder lanzar así sus flechas más cerca, sobre los más fuertes de los enemigos y sus refuerzos.

Una desgraciada circunstancia hizo que fuese destruido el lugar en que se encontraba y tuviera que cambiarse a otro en el que se encontró con un negro que medía más de 10 codos y blandía en su mano una lanza resplandeciente como destellos del fuego. El negro lanzón un grito tal que sobrecogió al arquero y le asustó de forma que dejó caer lo que tenía en la mano. Lamentó el hecho, pero Dios le concedió lo que pidió y retrasó su muerte. A la estratagema del negro respondió con otra que consistió en mostrar el arco al negro haciéndole ver que había salvado la vida gracias a que lo había arrojado al suelo. El pobre negro creyó en efecto que el arquero no había querido matarle y le beso la mano en señal de respeto y agradecimiento. Se retiro luego el negro pensando que había salvado la vida, pero el arquero le lanzó una flecha cuando hubo vuelto la espalda, de manera que la sangre comenzó a brotar de su pecho y el negro cayó al suelo. El arquero regresó a su puesto mordiéndose los dedos debido al sentimiento de culpabilidad mientras daba gracias a Dios por su salvación.

En cuanto al cuidado de la fabricación de los arcos da fe este texto en el que se muestra como un regalo digno:


«Regalaron a Al-Mu´tamid ocho arcos árabes de excelente mano factura, con ocho magnificas flechas bien afiladas y fabricas. Cuando le fueron presentados y los tuvo ante sí le maravillaron, mostró gran contento y dio muestras de gran placer, tomándolos uno a uno para probar su flexibilidad y apreciar su bondad. Los coloco sobre sus piernas, uno tras otro hasta completar los ocho, sin dejarlos jamás en el suelo.
Ordeno entonces que me hicieran pasar a su presencia, y recibí gran satisfacción cuando hizo que me acercara a él y me sentó a su lado. Yo le miraba asombrado de que se comportase así a pesar de su gran poder y de la altura de su rango.

Conoció al-Mu´tamid, con la perspicacia que Dios le había concedido, que le proporcionaba una gran agudeza de inteligencia y de juicio, se dio cuenta de mi asombro por que mantuviera el peso de los arcos sobre sus piernas y no los pusiese ante él y entonces dijo: ¿Te asombra lo que ves?. Así es le replique. Por aquel que conserva tu trono y perpetua tu mando.

Dijo él entonces:

Debes saber que un arco bendito y victorioso, qurasi por su origen propio de mandatarios, solo lo veras en manos de gentes de aristocrático origen, noble naturaleza, espíritu orgulloso y elevadas prestaciones, mientras que un arco de pie nunca lo veras sino en manos del necio ignorante, de bajas miras y pobres intenciones».

Como nota de la importancia que se le daba al uso y aprendizaje de esta arma en el siglo XIV, Al-Andalus, Ceuta y el protectorado de Marruecos contaba con 44 Yasalt (campos de tiro con arco ), llegando algunas ciudades a contar con 9 de ellos, algunos reservados para los altos cargos públicos y jerarquías de la ciudad.

Sobre los arcos:

Se conocen y se utilizaron distintos tipos de arcos a lo largo de la historia:

El arco árabe propiamente dicho que es un arco corto, recurvo y muy apropiado para la caballería, es rápido y potente, fue incorporado masivamente a la caballería ligera en el siglo XII. Tiene diferentes formas y nombres dependiendo de los lugares o países de donde procede.

Según Al-Qayyin al-Yawziyya estos arcos cortos de mano se dividen por su procedencia y forma en tres grupos:

  • Arcos árabes (hiyaziyyas o wasitiyya)
  • Arcos persas usados por las tropas islámicas de Siria y Egipto.
  • Arcos turcos semejantes a los persas pero más gruesos.
El arco intermedio o Al-watiyya que también fue muy empleado, es un arco intermedio entre el arco corto mencionado anteriormente y arco largo franco o long bow ingles minoritario en nuestra historia medieval.

Tiene también varias formas y medidas en función de donde se empleo y de que materiales se empleaban en su construcción. Este un arco es más apropiado para la infantería y en batallas de ataque y defensa de fortificaciones o ciudades.
También es adecuado para la guerra naval y fue muy empleado por los arqueros andalusís, reservándose el arco corto principalmente para la caballería ligera.

Los cuidados del arco

Sobre los cuidados del arco quedan reflejados en algunos de los manuscritos de Ibn Hudayl escritor granadino que por orden de su soberano escribió sobre temas militares.Este aconseja a los arqueros que el tensado de los arcos árabes (arcos árabes o cortos) es peligroso en invierno tanto para los arqueros como para el arco ya que este se

encuentra rígido y puede quebrarse. Recomienda que en invierno se coloque el arco al sol para que se ablande y se suavice, antes de disparar con él. Si es un día muy frio que no se tire con él a menos que se esté en campaña.

En verano se guardara en lugares frescos y protegidos del sol y se utilizara cuando haya perdido el calor. Los arqueros árabes acostumbraban a guardar sus arcos en una funda o envoltura especial.

Partes del arco

El nombre que recibe el arco es variado así como las partes que lo forman. Depende de los materiales de construcción, la forma de fabricarlos y de su origen o procedencia como ya hemos comentado.

FURDA, FURDAD:
Muesca o engarce donde se ata la cuerda.
DUFR:
Conocido como trenza que es la zona del arco desde la Furda(muesca) hasta la punta del arco.
ASTIL:
Se le llamaba a la distancia que hay entre la empuñadura y el extremo de engarce de la
cuerda.
WATAR:
La cuerda del arco, estas eran de varios materiales en función del tipo de arco, el lugar y la época del año, seda, hilo, cuero o nervios de animales.
La seda se empleaba en invierno y se mantenía con aceite chino para que no se resecase.
Para el verano se recomienda el cuero y como mejor tendón para la fabricación de cuerdas se recomendaba el uso del de los cuellos del camello viejo (Feshat).

 

Sobre las flechas:

QIDH:
Es el astil o cuerpo de la flecha bien de madera o de caña. El tamaño de la flecha era distinto en función del arco empleado y de las preferencias del arquero, si bien una medida normal o estándar era un codo y la anchura igual a un dedo (sin especificar que dedo).
La teoría que se manejaba en la arquería árabe era que a flecha más ligera mayor era su alcance.
Se mencionan algunos tipos de madera y como curiosidad la de albaricoque por su dureza y la caña de Siria (Qasab sami) por su buena calidad.
NASiL:
Es la punta de flechas los materiales de construcción son muy diversos: hierro, cobre, plomo, hueso, cuerna de animales, piedra o madera endurecida.
Las formas cubren una gran gama por su tamaño, uso, etc. Llegándose a construir y emplear de varias puntas y hojas.
RUD:
Es la entalladura o engarce del astil a la punta.
RISA:

Son las plumas de una flecha. Recomendaban que se usasen las de mejor calidad las de águila, buitre o cuervo, si bien para una producción masiva de flechas se emplearían las de otras
aves más populares, se recomienda no mezclar de distintas aves en una flecha.
También decoraban o marcaban las flechas en el cuerpo o astil de la flecha, con su nombre, así como las plumas para identificarlas y reconocer después de las batalla sus meritos o blancos. Los arqueros andalusís también pintaban dibujos o figuras en las plumas.

También existía la costumbre de emplear flechas envenenadas, sobre todo las de los jefes o altos mandatarios o cargos.
Existían grupos de esclavos arqueros Saqalibas que envenenaban las puntas con unos frutos llamados Mabiellos y los sudaneses envenenaban las puntas con sangre de las serpientes amarillas.
A la última flecha de la aljaba se le llamaba Al-Ahza y era la que se encontraba en peor estado.

Sobre las aljabas:
Estas eran de varias formas, materiales, etc. Y recibían muchos nombres según la procedencia del arquero o donde las usaban y el material con que estaban hechas que podía ser tela gruesa, cuero y madera. Casi siempre estaban terminadas, decoradas y con acabados cuidados.

Formaban parte de la uniformidad de su grupo de arqueros, algunos de estos nombres eran:
YAFIR, YAFAR DAFRA, ZUGAR, ZUGARIYYA.

El nombre de Zugar o Zugarilla pertenece a la época del califa Al-Hakam II (Córdoba 915-976) en la que se cita que sus arqueros usaron aljabas Zugariyyas.
Dichas aljabas también conocidas como Zugar, parece ser que tiene su origen en Zugar una zona de Siria, en dicha zona se hacían estas aljabas y cananas rojas y doradas.
(de García Gómez, » Armas, Banderas, tiendas de campaña» p. 165).

Bibliografía y gráficos
Bibliografía:
-Tesis doctoral de Mohammad Bashir Hasan Radhi, el ejército en la época del califato de al-Ándalus tomos I y II.
-Un manuscrito de origen andalusí sobre tema bélico, de Mohammad Bashir Hasan Radhi.
-La evolución del armamento medieval en el reino castellano-leones y al-andalus en los siglos XII y XIV de Álvaro Soler del Campo.
Gráficos y fotografías:
-El ejército en la época del califato de al-Ándalus tomos I y II de la tesis doctoral de Mohammad Bashir Hasan Radhi.
-ALARCOS ´95 (El fiel de la balanza)Junta de comunidades de Castilla La Mancha
ISBN: 84-7788-153-7 Catalogo (muestras encontradas en las excavaciones de Alarcos)
-Archivo gráfico Oronoz http://www.oronoz.com