Sumeria 3.500 A.C.

A ellos debemos la invención de la escritura (3500 años A. de C.) y, por ello, con este gran pueblo mesopotámico, comienza la historia propiamente tal.
Inventores, además, de la cerveza, ya que cultivaron la cebada, fueron también grandes y feroces guerreros, cuya arma principal era la lanza usada por escuadrones compactos, y los carros de guerra. Habitaron la región de Mesopotamia desde antes del 3500 a. de C. y fueron quienes construyeron la Torre de Babel y los primeros que hacen referencia escrita al diluvio universal.

 

La guerra y el uso del arco en la civilización de Sumer

Las casi constantes guerras, durante 2000 años, entre las ciudades estado sumerias ayudaron a desarrollar la técnica y tecnología militar de Sumeria a un alto nivel. La primera guerra que se registra fue entre Lagaš y Umma en el año 2525 a. C. en una estela llamada la Estela de los Buitres. Este registro también muestra al rey de Lagaš liderando un ejército sumerio compuesto en su mayoría de infantería. Los soldados de infantería llevaban lanzas, cascos de cobre y escudos de cuero o mimbre. Los lanceros se muestran dispuestos en lo que parece ser una formación de falange, que requiere entrenamiento y disciplina. Esto implica que los sumerios hayan hecho uso de soldados profesionales.

La influencia clave en el ejército sumerio fue su paupérrima posición estratégica. Los obstáculos naturales para la defensa existían solamente en las fronteras del oeste (desierto) y del sur (golfo Pérsico). Cuando los enemigos más populosos y poderosos aparecían por el norte o el este, los sumerios se volvían susceptibles a los ataques. Los sumerios participaban en guerras con sitio entre sus ciudades, defendidas por murallas de ladrillos de barro que, obviamente, no podían detener los enemigos que ya conocían ese material.

Los sumerios inventaron el carruaje, al cual ataban onagros (burros salvajes). Esas carrozas antiguas no funcionaban tan bien en combate como los modelos construidos posteriormente. Algunos sugieren que las carrozas servían primariamente como medio de transporte, aunque en tiempo de guerra transportaban hachas de guerra y lanzas. La carroza o carruaje sumerio constituía de un dispositivo de cuatro ruedas manejado por un equipo de dos personas y atado a cuatro onagros. La carroza estaba compuesta por cestas entretejidas, y las ruedas poseían un sólido diseño de tres piezas. Los sumerios usaban fundas y arcos simples, más tarde la humanidad inventaría el arco compuesto.

La introducción del bronce en la fabricación de armas va a ir acompañada de otra novedad en el campo de las armas. Se trata de la aparición del arco compuesto, cuyo primer uso por parte de los ejércitos mesopotámicos se atribuye tradicionalmente, y de manera incorrecta, al Imperio de Akkad

Sobre el origen del estaño usado en Siria y Mesopotamia  a juzgar por la información disponible, no parece que el arco compuesto formara parte del ejército sirio sumerio. Sin embargo, hemos de ser muy cautos ante la ausencia en el registro arqueológico de armas orgánicas. De hecho, en 1971, André Parrot publicaba una representación, atribuída al Dinástico Antiguo III, que arrojaba nueva luz sobre el empleo del arco compuesto . La invención del arco compuesto va a revolucionar las tácticas militares, así como los medios para protegerse de este arma arrojadiza, que fue utilizada, sobre todo, en el arte del asedio. Este tipo de arco era muy eficaz a la hora de transmitir a la flecha la enorme energía acumulada en el momento de estirar la cuerda. Experimentos contemporáneos, realizados a partir de réplicas de arcos compuestos egipcios, han permitido comprobar que la velocidad alcanzada por las flechas rondaba los 50 m por segundo. La capacidad de penetración de las flechas disparadas con este tipo de arcos era enorme. El arquero solía llevar más de un tipo de flecha en su aljaba: por un lado, flechas de bronce de cierto peso con las que poder perforar escudos y otras protecciones corporales a corta distancia y, por otro lado, flechas más ligeras con las que hostigar al enemigo situado a larga distancia46. No hemos de olvidar tampoco el efecto psicológico que ejercía sobre los soldados tanto la lluvia de flechas como aquellas que estaban envenenadas. Se ha calculado que un arquero podía lanzar hasta diez flechas en aproximadamente un minuto. Otro elemento que se va a incorporar al campo de batalla junto al arco será el fuego, mediante el uso de flechas incendiarias. En la ya citada placa de Mari aparece un arquero listo para lanzar una flecha provista de una serie de pequeños trazos que parecen ser una representación esquematizada de fuego. Se estima que la altura de 30 m y la distancia de 40 m alcanzadas por un arco compuesto era suficiente para penetrar en las casas de una ciudad asediada. Un arco con mayor potencia habría apagado las llamas.

La respuesta ante la aparición a mediados del III milenio a.C. del arco compuesto y de las armas de bronce fue la proliferación de nuevos sistemas de protección personal y colectiva con los que contrarrestar la eficacia del nuevo armamento. Muchas ciudades se dotaron de un doble recinto amurallado con el que hacer frente a los arqueros. Este es el caso de la ciudad de Mari, que contaba con dos líneas de muralla. La primera línea estaba formada, en el momento de fundación de la ciudad h.2900 a.C., por un dique en talud, con un pequeño muro que la protegía de las inundaciones del Éufrates. No era una verdadera muralla. Por el contrario, las ciudades II y III de Mari van a transformar este dique exterior en un impresionante muro defensivo49. Entre las dos líneas de defensa mediaban 350 m, una distancia suficiente para anular la eficacia de las flechas. Nos encontramos, con toda probabilidad, ante la solución aportada por los dirigentes mariotas para hacer frente a la amenaza que representaba el uso del arco compuesto en la guerra. A pesar de ello, la ciudad de Mari será destruida en dos ocasiones: una por el rey Naram-Sin de Akkad (h.2238 a.C.) y otra por Hammurapi de Babilonia (h.1760 a.C.).

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