Islam

En el Islam el arco alcanzó un nivel simbólico como lo fue la espada para las culturas occidentales y del lejano oriente.

A Mahoma el Profeta se lo relaciona con la arquería porque se relata que era un experto arquero y poseía varios arcos.

El arco típico era el recurvado y se lo asocia a las estepas de Asia por su facilidad de transporte a caballo y el tiro rápido.

Los turcos, que llegaron desde las estepas de Asia central se convirtieron al Islam y se diseminaron en las costas orientales del Mediterráneo. Fueron arqueros temibles en toda la región. Hacían practicar a los niños desde los 6 o 7 años montados en ovejas para que tuvieran la vivencia del tiro con arco en movimiento. Con el correr de los años se convertían en consumados arqueros a caballo. Las flechas turcas producían terror en sus enemigos. En las iglesias bizantinas de los siglos IX y X las misas terminaban rogando a Dios que los salvara de las flechas turcas.

A lo ya escrito en la primera parte de nuestro trabajo, podemos agregar que transportaban el arco en una funda que alojaba la mitad inferior del arco colgada en el costado izquierdo del caballo. De esta forma lo protegían de la humedad y la intemperie y lo tenían siempre a mano.

Tomaban la cuerda con el dedo pulgar, resguardado por un dedal de cuerno o hueso. Utilizaban flechas cortas, con el astil en forma de huso, ensanchadas en el centro por razones aerodinámicas. Para dispararlas usaban un implemento

hecho también de hueso o cuerno que permitía apoyar la flecha retrasada con respecto al cuerpo del arco lo que les posibilitaba usar flechas más cortas y veloces. Las puntas eran de hierro, muy afiladas y barbadas, con aletas retráctiles, imposibles de extraer sin causar grandes destrozos en las masas

musculares impactadas.

Los timones de pluma natural los pegaban y los ajustaban con finos hilos de seda.
Las cuerdas, a diferencia de las occidentales estaban hechas con unos 50 o 60 hilos de seda muy livianos y resistentes.

Las terminaban entrelazando filamentos de tendones para asegurarlas en el extremo de las palas (tips), limitando el rápido deterioro de la seda al ejercer una enorme tracción

sobre los extremos del arco. La seda la obtenían gracias al comercio con China que se realizaba desde tiempos remotos por la ruta de las caravanas.
El número de flechas variaba de acuerdo al rango del arquero. Los reyes portaban 25 flechas en un carcaj ornamentado con piedras de gran valor.
Cuando un guerrero moría se lo enterraba con el arco y con un haz de flechas en la mano.

En las cargas de caballería disparaban una lluvia de flechas y retrocedían al galope. Si el enemigo los perseguía giraban sobre la montura gracias al apoyo que le brindaban los estribos, que los occidentales no utilizaban y lanzaban sus flechas a los perseguidores.

Arco Turco:

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