CONFECCIÓN DE UNA CUERDA FLEMISH 

Por  ALFREDO ARIAS PÉREZ

 

ÍNDICE

TIPOS DE CUERDA

EL BASTIDOR

EL AJUSTE DE LA MEDIDA

HACIENDO EL PRIMER HAZ DE HILOS

EL TRENZADO DE LA PRIMERA PUNTA

EL TRENZADO DE LA SEGUNDA PUNTA

LA PREPARACIÓN DE LA SEGUNDA PUNTA

LA TERMINACIÓN FINAL

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TIPOS DE CUERDA

Actualmente en la arquería moderna, se utilizan básicamente dos tipos de cuerdas:

–      Cuerdas “Sin fin”

–      Cuerdas “Flemish” o cuerdas “a dos puntas”

Las cuerdas sin fin se realizan sobre un bastidor que tiene unos anclajes en los extremos sobre los que se van dando vueltas con una bonina de hilo hasta conseguir la cantidad de hilos que contendrá la cuerda una vez finalizada. Sobre estos hilos se realizará con posterioridad un forrado en cada uno de los extremos para confeccionar las gazas  y un forrado o entorche central sobre el que se situará el nock point.

Las cuerdas Flemish por el contrario se elaboran cortando hilos un poco más largos que el tamaño del arco y trenzando cada una de las puntas sobre si misma para confeccionar las gazas.

Cada una de las cuerdas tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por un lado las cuerdas “Sin fin” requieren disponer de una bonina de hilo puesto que su confección se realiza en una sola pieza,  mientras que las Flemish pueden confeccionarse con retales de hilo o con elementos naturales sacados directamente de plantas como por ejemplo en cáñamo. Esta razón, hace que tengan un elemento nostálgico con la arquería tradicional, motivo por el que son las elegidas por la mayoría de los arqueros que tiran con arco tradicional o longbow. Por otro lado al no tener las gazas forradas con hilos sintéticos suelen ser cuerdas más silenciosas aunque también son algo más pesadas y lentas que las cuerdas sin fin, puesto que en el trenzado acumulan mucho más hilo  que éstas.

Otra de las diferencias básicas entre ambas es que las cuerdas sin fin, tienen medidas que deben estar muy ajustadas para el fistmelle de arco que queramos utilizar y tienen muy poca variación sobre el mismo debido a la limitación que supone el enroscado de la cuerda sobre si misma.

Las cuerdas Flemish por su parte tienen una ventaja sobre esto. Si te equivocas en el largo, puedes deshacer una punta y volver a trenzar, ajustando así la cuerda a las necesidades de tu arco, aunque en cuanto tengas un poco de práctica, verás que esto no va a ser necesario. Por otra parte el trenzado de las puntas “absorbe” mejor las vueltas de enroscado permitiendo mayor variabilidad en el ajuste del fistmelle de tu arco.

EL BASTIDOR

Una cuerda de dos puntas se puede realizar de forma manual cortando los hilos que necesitas como unas 15 pulgadas más largas que el tamaño de tu arco y luego cortando a cada uno de los hilos media pulgada en cada punta de forma progresiva hasta que cada extremo tenga una terminación escalonada. Si por ejemplo una cuerda tiene 16 hilos, como vas perdiendo media pulgada por hilo,  cada punta tendrá un espacio de 8 pulgadas donde se verán todos los hilos de diferente largo.

A pesar de que la cuerda se puede realizar así ….. “a pelo”… lo mejor es que cada arquero se fabrique un bastidor donde poder hacer las cuerdas. Esto tiene varias ventajas. Por un lado que todas las cuerdas te van a salir igual, lo que es de agradecer cuando quieres llevar una cuerda de repuesto (imagina que en una competición se te suelta el forro central de la cuerda, siempre es mejor llevar otra igual ya probada y estirada,  que intentar hacer un forro o tirar sin él). Por otro lado, el bastidor te va a permitir hace cuerdas de todos los tamaños sin necesidad de quebrarte la cabeza con las medidas.

Un bastidor es una tabla de aproximadamente 70 cm. de largo por 10 cm. de ancho, en la que se clavan una serie de soportes sobre los que envolver el hilo con un ingenioso sistema de organización para que no necesitemos un bastidor tan largo como los que se utilizan para las cuerdas sin fin.

A continuación encontrarás un esquema sobre como debe ser la tabla del bastidor.

Las tablas son más o menos estándar, aunque cada arquero termina por darles sus peculiaridades para que las zona de trenzado sean más o menos progresivas o más o menos largas. Por este motivo las referencias necesarias para ello, se suelen indicar en el bastidor,  así no tienes que pensar mucho cada vez que haces una cuerda.

Verás que la tabla tiene unos clavos sobre los que se van enroscando los hilos (para lo cual necesitas una bobina de hilo, si utilizas retales  tendrías que hacerlo con el otro sistema, el que no precisa bastidor);  también dispone de un espacio central sobre el que se decide el largo que quieres que tenga la cuerda, una regla marcada en uno de los laterales y una zona de corte para dividir los hilos una vez montados. Puedes incluir igualmente unas referencias sobre la medida que vas a utilizar para comenzar el trenzado de la cuerda o para el tamaño que quieres que tengan las gazas (lo que dependerá del modelo de arco para el que diseñes la cuerda).

 

La zona de afilado de las puntas, puede estar medida en pulgadas o en milímetros, según lo prefieras,  pero el resto del bastidor es preferible que vaya diseñado en pulgadas para no tener que hacer transcripciones de medida.

En la zona de decisión del largo de la cuerda, se pueden fijar clavos como referencia o hacer pequeños agujeros en los que luego introduces una clavija que te dará la medida deseada. La ventaja del sistema de la clavija es que se colocan mejor los hilos, pero tienes que cuidar de que no se te pierda la clavija al guardar el bastidor o de que esté bien fijada antes de ponerte a montar los hilos.

 

AJUSTE DE LA MEDIDA DE LA CUERDA

En el modelo del dibujo, la medida de la cuerda comienza desde donde se sitúa el cero de la regla, de forma que cuando atas el hilo para una cuerda por ejemplo de 68 pulgadas. Estas 68 pulgadas no incluyen la zona de afilado de las puntas. Esto quiere decir que dicha zona será más o menos larga dependiendo de cómo diseñemos la separación entre los clavos y la distancia del final del último clavo hasta el comienzo de la regla. Según se diseñe de larga esta zona, cambiará la referencia de la distancia de comienzo del trenzado, haciendo que las puntas de las cuerda tengan un trenzado más o menos largo y mas o menos progresivo.

Nuestra tabla está pensada de manera que si un arco tiene una longitud de por ejemplo 60 pulgadas, haciendo una cuerda de 59” e iniciando el trenzado a 8,5” contadas desde el hilo más largo de la punta, nos quede una cuerda que nos aporte un buen fetmelle.  Habrá quien diseñe su tabla para ahorrarse hasta esta supresión de una pulgada y haga la cuerda haciendo coincidir su largo con el largo del arco.

En los arcos tradicionales no conviene que las gazas sean muy grandes, lo mejor es que la gaza pequeña entre bastante justita y que la gaza grande tenga el tamaño justo para deslizar por la pala solamente lo que nos exija su anchura para que se quede puesta la cuerda en el arco una vez desmontado,  pero sin holgura.

En nuestro montador hemos marcado  distancias de trenzado de 1,5” antes de doblar la cuerda para la gaza pequeña y de 2.5” antes de doblar el trenzado para la gaza grande, aunque dichas medidas no dejan de ser referencias que se pueden variar según nos apetezca.

Igualmente hemos marcado en el lateral izquierdo una medida de 8,5” para que podamos medir desde la punta para marcar donde debemos comenzar a trenzar.

Si necesitamos hacer cuerdas de más de 72”, podemos utilizar varias clavijas para incrementar el largo de la cuerda en la zona central, siguiendo el esquema que ves a continuación. En tal caso la distancia de la cuerda se incrementará el doble de la distancia que hay entre las  dos clavijas de la izquierda (las más cercanas a los clavos de abajo).

 

Aunque en el dibujo veas que los hilos siguen ese recorrido, luego cuando los montes, tienen que estar bien tensados.

 

HACIENDO EL PRIMER HAZ DE HILOS

Una cuerda Flemish, se puede realizar con dos, tres, cuatro o más haces de hilo trenzados. No obstante la verdadera consistencia del trenzado de este tipo de cuerdas radica en la mezcla de los haces de hilos entre ellos después de la gaza, de forma que cuantos mas haces de hilos tengamos, menor será la consistencia del trenzado. El caso más extremo sería tantos haces como hilos, de forma que los hilos se retorcieran cada uno sobre los demás sin mezclar, pero al tensar la cuerda se soltaría el atado, si hacemos 8 haces en una cuerda de 16 hilos, se formarían después de la gaza 8 haces de dos hilos mezclados para cada uno de ellos, de forma que la fuerza de cada uno de los haces radicaría para no soltarse en la sujeción que pudiera hacer un hilo sobre otro.  En la medida en que vamos reduciendo el número de haces iremos incrementando la consistencia del trenzado, hasta el máximo de dos haces de hilo. A mi parecer lo mejor es hacer cuerdas de dos o tres haces a lo sumo.

Como veremos más adelante, la forma de hacer un haz de hilos, comienza por atar el hilo en el clavo de partida e ir enrollando la cuerda por fuera de los clavos hasta la parte inferior del bastidor, luego se sube por el centro hasta el clavo o la clavija que hallamos situado en la medida que nos interese, para volver a descender hasta el otro clavo inferior y subir por el lado derecho hasta el comienzo de la segunda vuelta, que se inicia en los clavos que han quedado por debajo de la primera vuelta (ver dibujo de la siguiente página).

Los hilos deben quedar bien tensos al enrollarlos y preferiblemente que se apoyen todos los hilos sobre el clavo, y no haciendo un cordón entre ellos, para que la medida de la parte interna de cada haz de hilos sea la misma en todos y cada uno de los hilos.

A continuación veremos dos formas de iniciar el enrollado de los hilos. En una de ellas (la que se ven los hilos paralelos al borde del bastidor) la dinámica y comprensión del atado es más sencilla y racional, pero tiene un ligero inconveniente, y es que a medida que vamos colocando un hilo sobre otro de forma organizada, el último hilo después de la vuelta más corta, debe volver al punto de comienzo, sobrepasarlo y atarlo en su clavo homólogo del lado izquierdo, de forma que este hilo queda situado entre los más cortos al unificar el haz. En la segunda forma de sujetar el hilo (en la que se ven inclinados), al cortar los hilos por el canal de corte, se compensan las medidas con el ángulo del corte y quedan todos los hilos colocados.  Este pequeño detalle, prácticamente no tiene importancia, pero lo comento para los perfeccionistas.

Cuando se hacen cuerdas de pocos hilos, siempre se deben suprimir las vueltas inferiores, y comenzar el atado desde el primer clavo, para que no se vea disminuido el largo del trozo que vamos a trenzar.

Una vez completadas todas las vueltas del hilo, con la suficiente tensión entre ellas y bien dispuestas sobre los clavos y clavijas, nos dispondremos a encerar los lados laterales del haz de hilos, en la zona comprendida desde los clavos de la zona de afilado y los clavos inferiores  haciendo presión con una barrita de cera sobre el bastidor. Esto hará que cuando cortemos los hilos, no se nos descoloquen.

Ahora ya podremos cortar por el canal que hay entre la zona de afilado y sacar el haz con cuidado de que no se desarme, para terminar de encerarlo todo bien.

Una vez terminado este haz, nos dispondremos a realizar el otro, o los otros dos (si es una cuerda de tres haces) antes de trenzar. Es conveniente, aunque no necesario que los haces sean de colores distintos para no equivocarnos al mezclarlos durante el trenzado.

 

EL TRENZADO DE LA PRIMERA PUNTA

Antes de analizar el procedimiento de trenzado, veamos algunas imágenes de lo que buscamos:

 

Observamos en el trenzado que hay varias zonas con distintos grosores y distintos terminados.En primer lugar las zonas cercanas a la gaza, deben estar bien enrolladas sobre si mismas, mientras que la zona del tramo central de cuerda, debe estar lo más desenrrollado posible para que al hacer el forro central, la cuerda empuje al culatín de forma homogénea.

Veamos a continuación una comparación de dos terminaciones, una correcta y otra con peor resultado:

Alcanzar un acabado como el de la cuerda inferior de la imagen será nuestro objetivo, intentando seguir un procedimiento de trabajo ordenado y sistemático.

Ahora analicemos las partes paso por paso:

En primer lugar hay que medir el punto desde el que comenzaremos el trenzado:

Desde el punto donde debemos comenzar el trenzado hacia arriba, hay que encerar bien el haz de hilos, luego hay que hacer lo mismo con el otro (o los otros) haces con que vayamos a trabajar y montarlos tal y como vemos en el siguiente dibujo para comenzar el trenzado:

El siguiente paso consiste en sujetar con la mano sólidamente el cruce de los dos haces de hilo y con la otra mano agarrar el haz que está en la parte inferior, retorcerlo hacia la derecha para que se compacte y luego montarlo sobre el que está arriba, ayudándonos con el dedo corazón que agarrará en este caso el haz rojo por debajo tal y como se ve en la siguiente serie de imágenes:

1º: retorcer y agarrar el haz rojo

2º: girar la muñeca de la mano que está trenzando para montar el haz de abajo sobre el de arriba:

Ahora avanzaremos un poco la mano de arriba de la imagen para presionar sobre el cruce de hilos, y repetiremos la operación, en esta ocasión sujetando el hilo rojo, dando un giro a derechas, agarrando con el dedo corazón el hilo negro y volviendo a montar del hilo de abajo en la parte de arriba.

Se repetirá esta operación tantas veces como sea necesario  hasta conseguir un espacio de trenzado que tenga la medida que nos hace falta para formar la gaza.

Una vez que tengamos el trenzado suficiente doblaremos la cuerda por el centro del trenzado que hemos realizado para formar la gaza:

Como veis lo que vamos a hacer ahora es juntar las dos partes del haz de cada color, asegurándonos que en este momento los hilos de los haces no están enrollados, para que al unirlos se compacten conjuntamente, y después de esto procedemos a encerar dichos segmentos:

Lo que tenemos que hacer a partir de aquí es repetir la operación de trenzado anterior, pero en esta ocasión con los haces unificados:

1º Sujetamos el haz de hilos

Luego lo retorcemos hacia la derecha:

A continuación agarramos el haz de abajo:

Y por último hacemos el giro de muñeca para cruzar y montar el hilo de abajo sobre el que está arriba:

Como en el caso anterior iremos avanzando con la mano que sujeta el trenzado mientras vamos repitiendo la operación hasta conseguir terminar el trenzado de esta primera punta.

El trenzado una vez terminado tendrá un aspecto como en la imagen, con las puntas de los hilos asomando entre el trenzado:

Lo que hacemos a continuación es cortar las puntas hasta que queda asomando un par de milímetros y acercamos la llama de un mechero (sin que arda la punta del hilo) para que con el calor se retraiga el hilo hasta quedar sujeto en el trenzado. Así se forma una pequeña “seta” en cada hilo, que también ayuda a dar consistencia al terminado de la cuerda.

Tiene que quedar algo así, tal y como veíamos al principio de este capítulo:

EL TRENZADO DE LA SEGUNDA PUNTA

Lo primero que tenemos que hacer una vez que hayamos terminado de trenzar el primer extremo, es sujetar el trenzado con una pinza para que no se deshaga. Puedes utilizar una pinza de la ropa, un pequeño gato, una pinza para papeles, etc., el caso es que no se desarme ese trenzado

Una vez sujeta esta punta, debemos desliar los haces de hilos que han quedado sueltos por debajo de la pinta, para que no tengan vueltas sobre si mismos.

El trenzado de la segunda punta, es similar al de la primera, pero hay que tener en cuenta algunos pequeños detalles si queremos que el resultado final sea el adecuado.

Al hacer el trenzado después de armar la gaza, la cuerda se va enrollando poco a poco sobre si misma, de forma que cuando terminamos de hacer la cuerda, no se queda toda como un solo haz, sino que quedará como dos haces que están enrollados uno sobre otro, lo que provoca que el forro central no quede bien. Tal y como comentamos al principio, para que la cuerda quede homogénea, deberemos compensar estas vueltas que le vamos a dar al trenzado, girando cada haz de hilos en el sentido contrario, tantas vueltas como vayamos a necesitar.

Lo mejor para que esto quede bien es seguir estos pasos:

Primero medimos desde el comienzo de la gaza, hasta dónde llegará nuestro trenzado:

Ahora tomamos referencia hasta el punto de la cuerda donde llega el hilo más largo de la punta afilada:

Sujetamos por ese punto y enrollamos desde ahí, hasta el punto donde comienza la gaza con giros a derecha, así luego cuando tengamos que trenzar la gaza, estos giros ya estarán dados y no afectará al resto de la cuerda:

En esta imagen la punta de la cuerda quedaría a la derecha de la imagen, es decir, siguiendo la cuerda desde la mano hacia la derecha.

Una vez enrollado este tramo en ambos haces de hilo, comenzamos a trenzar la gaza a partir de la distancia marcada una vez más por la tabla que queda aproximadamente a unas 6 pulgadas a la derecha de donde tenemos sujetado el hilo.

Ahora trenzamos el trozo de la gaza igual que en la punta anterior, pero dejamos el trenzado un poco más largo porque ahora haremos la gaza larga. Aunque se puede comenzar la cuerda por la gaza que más nos apetezca.

Una vez trenzada la gaza, se procede como en la anterior. Se unifican ambos haces de hilo. Aquí debes tener especial cuidado de desplazar las vueltas que hemos dado antes hacia abajo antes de unificar  los haces. Esto de hace quitando las vueltas del tramo de figura que hemos visto dando vueltas en el sentido contrario. Al quitar estas vueltas de aquí, ellas solas se pondrán en el centro de la cuerda.

Ahora unificaremos una vez más ambos segmentos y les daremos cera. Luego volveremos a enrollarlos en la dirección contraria a la que le acabamos de quitar, para volver a subir las vueltas a su sitio, pero con ambos haces juntos.

Ya podemos trenzar el resto de la cuerda.

Una vez terminados los dos extremos, quitaremos la pinza del extremo inferior, y procuraremos deshacer las vueltas en el sector intermedio de la cuerda, para luego  mientras la tenernos tensada sujeta por una punta en algún soporte, le vamos dando vueltas a la otra punta para que se enrolle toda la cuerda sobre si misma. Hay que ir unificando con los dedos o con un trozo de cuero para que quede bien:

 

Antes de hacer el forro central de la cuerda, es conveniente dejarla montada en el arco unas 24 horas para que se estire, y darle las vueltas que queramos para ajustar el fistmelle, luego ya podremos hacer el forro central de la cuerda y ponerle los silenciadores que más nos apetezca  (si es que queremos hacerlo). En los longbows no hace falta, porque este tipo de cuerdas, son de por sí muy silenciosas y a demás no golpea la cuerda en la pala del arco, con lo que no hará ningún ruido.  ¡¡ Espero que el documento os sirva de ayuda!!